NO ME HAGAS RECORDAR

1996 muchas cosas pasaron en ese año; en Atlanta se celebran los juegos Olímpicos. Donde se coronan reyes de la velocidad Donovan Bailey y Michel Jhonson, un moreno que corría con unas zapatillas doradas como las del salsero Cartagena, en el fútbol como olvidar al gran Kanu campeón con Nigeria después de vencer a Brasil y Argentina.
 En otros temas Mario Vargas Llosa toma posición del sillón “L” de la Real Academia Española de la Lengua, la NASA anuncio que un meteorito originario de Marte contiene evidencia de formas primitivas de vida, Nintendo saca a la venta sus nuevas consolas Game Boy Pocket y Nintendo 64, se estrena el film Trainspotting de Danny Boyle, Sepultura lanza el disco ROOTS y THE RAMONES se disuelven.
 En el Perú un comando del MRTA toma la embajada de Japón en Lima, donde se realizaba una fiesta, tomando como rehenes a más de 600 personas, muere el gran Teodoro “Lolo” Fernández, máximo ídolo de Universitario de Deportes  y el Sporting Cristal es Tricampeón del fútbol nacional (este recuerdo solo para que no se moleste mi primo Koko).

Chachapoyas no iba ser la excepción en tener grandes acontecimientos, el lugar es el aeropuerto; este lugar a decir de muchos pilotos es uno de los mas difíciles en cuestión de ruta, clima y geografía,  lo cual dificulta el  despegue y aterrizaje.
Cuando era niño, Aeroperú, la aerolínea de bandera llegaba hasta esos confines, viajé muchas veces y recuerdo el alucinante despegue; pues al termino de la pista hay un precipicio enorme a penas el avión alza vuelo te encuentras entre dos montañas gigantescas siguiendo el curso del río Sonche que desde ahí se ve como un arroyuelo  ( lo que te hace pensar ¿qué pasaría  si no levanta vuelo?).

 Otro problema es el viento, en el Aeropuerto corre con furia ya que se encuentra en una cumbre en las afueras de la ciudad ( solía decir mi tío “Tosho” que una gallina en el aeropuerto pone 500 veces el mismo huevo por que el viento se lo volvía a meter) el clima en Chacha cambia como “Florcita” cambia de chichero. El sol puede estar radiante y en pocos segundos esconderse tras nubes grises que dan paso a una lluvia torrencial o puede que la misma lluvia llegue mientras el sol este brillando, en una ocasión estaba en el avión que había salido de Lima tras una hora y pico de viaje nos encontramos sobrevolando la ciudad,  cuando empezó a llover,  el piloto no pudo aterrizar y tuvimos que volver (otro día mas sin probar purtumute ni huarapo detrás del “tecnológico”).

En ese año luego de una sequia de vuelos una aerolínea en un vuelo chárter había apostado por esta ruta, su nombre era “Chirimoto Tours” nadie había escuchado ese nombre antes, pero un viaje en avión te ahorra las 24 horas que dura el viaje por tierra, así que los vuelos están copados.

Ahora estamos despidiendo a Marco que viaja para la capital, él y nosotros rogamos cual indio Apache que llueva, que se cancele el vuelo y seguir la despedida por la noche, (lo contrario de sus padres que ya quieren que este en Lima lejos de esta Sodoma y Gomorra), ¡pero nada!  se ve el avión aterrizar sin ningún problema.

- Maldita sea “promoción” en Lima la seguiremos que para que hagamos

 Cuando de pronto se escucha un fuerte sonido, el avión se inclina, el tren de aterrizaje se rompe, el ala izquierda se entierra en una zanja rompiéndose, haciendo girar al avión en 45 grados, toda la gente en conmoción total, el avión se arrastra unos cuantos metros y para.

 Por suerte no hay fuego ni explosión, los pasajeros empiezan a salir por su propia cuenta,  no hay heridos ni muertos felizmente.  Hace un par de años que Chachapoyas cuenta con una modesta compañía de bomberos, no estoy seguro si en todos los vuelos estaban presentes por si pasaba algo así,  pero ese día estaban todos ahí, escucho decir a una señor ya de edad

 –Gracias a Dios los bomberos están aquí.

 Era verdad estaban ahí ,yo estaba con ellos, pero algo en mi interior me decía que no estaban aptos para hacer algo en ese momento, no porque su entrenamiento hubiera sido deficiente o porque no tenían los recursos, si no porque era también la despedida de mi primo Lucho Cabredo miembro honorifico de la compañía.
 La celebración había empezado la noche anterior y por lo visto no había acabado todavía, lo único que podían apagar en ese momento era su sed ya que tenían dos cajas de cerveza en medio de un ruedo en la sala de espera del aeropuerto, todos  corren, saltan, gritan, los bomberos pedían que vengan los bomberos, todos con rostro de preocupación; todos menos Marco, el está feliz, pone su mano en mi hombro y sonríe:

 -“Promoción” creo que no habrá vuelo, seguiremos la despedida, que para que hagamos.